lunes, 24 de junio de 2013

Espejismo

Vivimos en un desierto de salvajes sin escrúpulos ni compasión, donde tenemos que aprender a valernos por nosotros mismos. El confiar y creer en los demás es ese oasis al que nos aferramos para no caer y poner los pies sobre la cruda realidad. La confianza no es más que un espejismo que, al intentar tocarlo, se desvanece en la palma de tu mano.

Cinismos a un lado, hay cierto grado de realismo en la analogía anterior. La confianza es tan rara como un perro verde, y si crees haberla conseguido, check twice y recuerda que leer a las personas correctamente es una habilidad que no todos tienen la dicha de poseer.

En el desierto, hasta tu mejor amigo te mataría por la última gota de agua.

jueves, 20 de junio de 2013

Con tu arte tengo


Soy una obra de arte en construcción. Mi lienzo aún tiene espacios en blanco que faltan por ser rellenados. Todos los días nos reinventamos y creamos algo totalmente nuevo a lo que exhibíamos orgullosamente al mundo el día de ayer. Nos retocamos hasta perdernos a nosotros mismos, hasta estar enterrados bajo capas y capas de colores que no son nuestros - vivimos para complacer al público, cuando el verdadero artista sólo vive para complacerse a sí mismo. Hay que ser egoístas en ese sentido, ya que el público te alaba hoy y te desecha mañana.

Somos obras de arte invaluables. Obras maestras del impresionismo, el surrealismo, lo barroco y hasta lo minimalista.  Sea cual sea nuestra corriente, no necesitamos de un museo para ser apreciados por lo que realmente valemos, por lo que realmente somos; sólo se necesita de un buen ojo que vea la belleza dentro de la imperfección y entienda que el arte son sentimientos expresados y plasmados.

El arte es comunicar. El arte es vivir y sobrevivir. El arte es el cuerpo. El arte son los sueños. El arte está en los detalles y sutilezas. El arte es belleza, así no la tenga.

Fotografía: @linmelendez

domingo, 16 de junio de 2013

Natalia, Mujer Divina



Mi historia con Natalia viene de años atrás, cuando ella cantaba "Busca un problema" y aún la acompañaba La Forquetina. "En el 2000", "Un pato", "Casa", "Amar te duele"... Todas las conocía, las coreaba y las disfrutaba; incluso "Ella es bonita", canción tras la cual le perdí la pista a la carrera de la mexicana. 

Enterarme de la existencia de Mujer Divina y del concepto tan genial del disco fue una sorpresa total para mí. Un reencuentro con una vieja amiga que tenía muchas cosas nuevas que contarme y yo ansioso con ganas de escucharla tras años sin verla ni saber de ella. Boleros modernos con un twist, al mejor estilo ecléctico, dulce y único de Lafourcade - eso es lo que ofrece y entrega este disco con creces.

Tanto en la rueda de prensa como en el concierto en Caracas, Natalia se muestra increíblemente cercana y amable. Si a alguien no se le ha subido la fama a la cabeza, es a esta chica. Con los pies en la tierra y el corazón en su arte - cualquiera puede hacerte fan de su música y su trabajo, pero pocos artistas e intérpretes pueden enamorarte con su personalidad como lo hace ella.









"Bellezas americanas venezolanizadas": crónica breve de la pérdida de mi virginidad teatral


Mi adolescencia se puede resumir y definir fácilmente con una palabra: URBE. Más que un semanario [ya extinto], era un escape al día a día del liceo y los padres; era ese compañero y confidente que estaba siempre ahí para ti, en esa época tan incómoda como la verdad y tan inútil como un apéndice que es la pubertad. De todos los redactores y columnistas que pasaron por sus páginas, retumba hasta el día de hoy [para mí] el nombre de Melissa Wolf y su "Espacio en negro".

Esta introducción era necesaria para comprender un poco mejor mi emoción de ver por primera vez a Wolf en las tablas del Trasnocho Cultural con la obra "5 mujeres con el mismo vestido". Un sueño de la adolescencia hecho realidad, el equivalente actual a ver a Justin Bieber en concierto para cualquier niña de 14 años. Además, sería la primera vez desde mi niñez que asistiría a una obra de teatro - doble pérdida de virginidad.

Con la autoría del guión original a cargo de Alan Ball (American Beauty - 1999), la pieza es una comedia salpicada con pequeños momentos de drama que busca plasmar cinco realidades en la forma de cinco mujeres totalmente distintas; cinco damas de honor que huyen de la concurrencia durante una boda y terminan todas en la misma habitación de una casa. Una crítica a la sociedad, a la doble moral, a los prejuicios, a la religión y a la mentalidad retrógrada; todo esto hecho de una manera ligera que no ataca y trasgrede al espectador pero que lo hace pensar y reír a la vez.

Cada una de las chicas tiene su momento para brillar - es difícil elegir una protagonista - y la química entre ellas es mágica. En hora y media, nos adentramos sutilmente en la psiquis de cada una de ellas y notamos una evolución de sus personajes. Las costuras anglosajonas del guión son obvias y salen a relucir en varios puntos de la historia, sin embargo se logró darle un toque local con referencias a nuestra cultura tan criollas como una arepa o el Miss Venezuela, mezclando un vocablo rico con una que otra grosería propia del caraqueño y el venezolano en general.

Ojalá todas las primeras veces sean tan buenas como la que me brindaron Melissa y compañía. Fue una de esas noches que merecen segundas partes. ¡Mucha mierda para Elaiza, Mariangel, Samantha y Angélica también!