La
vida es un dos por tres. Un conjunto de reacciones químicas acompañadas de
acciones, sentimientos y pensamientos. Es enamorarse con la esperanza de que
sea la última vez, enamorarse y desenamorarse una y otra [y otra] vez. La vida son esas personas que conoces y tocan
o cambian tu historia en algún sentido. La vida son los rostros anónimos que
nos rodean día a día en las calles, cada uno con su propia novela personal. La
vida son los problemas y dilemas que buscamos resolver: tropezar, caer y
ponerse de pie.
La
vida es un ciclo; un ayer, un hoy y un mañana. La vida es eso que protegemos
para sobrevivir, mientras que otros juegan con las suyas y las de los demás, las malgastan y las arriesgan sin darles valor alguno. La vida [salpicada con libertades creativas]
es la materia prima de donde vienen las grandes historias. La vida es eso que
pasa más allá de tu ordenador mientras escribes tonterías en un blog. La vida
es la mejor ficción.
P. D.: El miedo deséchalo. Vive el hoy como si el mañana fuera lo que realmente es: incierto. La religión no es más que una serie de relatos fantasiosos que contienen parámetros para un buen comportamiento ciudadano y calman la intriga y la ansiedad de saber qué hay después de la vida [responden una interrogante y entretienen]; la religión, sea cual sea, para mí, no es más que mitología aún vigente. No dejes que un libro escrito hace miles de años ni un religioso de dudosa moral [y comportamiento] rijan tu vida ni te digan qué está bien y qué está mal con prejuicios infundados basados en principios retrógradas. No señales con el dedo, vive y deja vivir: folla, ríe, canta, baila, ama y no te arrepientas de nada.
