domingo, 14 de agosto de 2011

MySpace somos TODOS


Para nadie es secreto que la antes popular red social MySpace, reside actualmente en el cementerio virtual de aquellos dominios web que se fueron deteriorando hasta perecer en el olvido (Justin Timberlake, no pierdas el tiempo). La vida 2.0 es una vida que se vive en el momento; un tweet de hace 2 horas es un periódico de hace 3 meses y hay que mantenerse al día. Eres lo que posteas.

Así como MySpace sufrió una muerte lenta con la estocada de Facebook, ésta morirá junto con Flickr a manos de Twitter, Tumblr y Google+. Antes de todas ellas estuvo Hi-5 y en 5 años serán los TL’s los que dejarán de actualizarse y se llenarán de telarañas, eso se los puedo asegurar.

Las temporadas no sólo aplican a las casas de moda y hay que mantenerse acelerando el pedal de la evolución. Si pierdes velocidad, pierdes vigencia. Todo se resume a una analogía bastarda que implica que sí, todos seremos obsoletos si es que no lo somos ya. Mantenerse a la par de la tecnología sólo frena el proceso pero no lo detiene; la originalidad y el estilo también ayudan pero no hay código binario ni lentes de pasta en el mundo que nos puedan salvar de esto.

Sería estúpido pensar mucho en el tema. La vida, incluso la virtual, hay que vivirla sin preparar funerales antes de tiempo. Sólo recuerda que MySpace somos todos y pronto, todos caducaremos. Tómalo de manera literal o figurativa, da igual. Para cuando termines de leer, todo habrá acabado. Todos los días nos reinventamos y es creada una versión mejorada de nosotros mismos. 

¡POBRE PENDEJA!


La decadencia está de moda. Si eres famos@, la desfachatez descarada no es más que otra manera de auto-publicitarte. Pero no, esto no es algo nuevo; es casi tan viejo como los rock stars que lo empezaron porque sí: consumir drogas, irse de fiesta toda la noche, beber, fumar y fornicar con múltiples personas, es muy rock star.

Los extremos siempre son malos y hasta los extremos, tienen extremos. Los límites existen por una razón y no hay pseudo-anarquismo que valga. Puedes ser un rock star y fiestear como nadie, pero si tienes un show al día siguiente, más te vale dar la talla y lucirte porque están pagando por verte. Axl Rose (ahora gordo y con dreads) se quemó por una razón.

No entiendo cómo las celebridades hoy en día pueden malgastar las oportunidades que se les dan en bandeja de plata. Oportunidades para ser más grandes de lo que podrían pensar; oportunidades por las cuales much@s matarían sin dudarlo ni pensarlo dos veces; oportunidades que sólo aparecen, si tienes suerte, una vez en la vida.



Tomemos por ejemplo a la ahora difunta Amy Winehouse [R. I. P.]: un look icónico y fuera de lo común, una voz como pocas y un talento como compositora del que muchas carecen. La Winehouse tenía todo lo necesario para hacer una carrera duradera sin la ayuda del auto-tune, pero de nada sirvió tanto talento si la chica lo malgastó y se dedicó a fumar alucinógenos y beber como una cuba, tirando todo al caño. Necesitaba alguien que la encaminara y la ayudara a luchar realmente contra sus adicciones.
* Vale acotar que éste texto fue escrito antes de la muerte de Amy y, si bien la admiro y anhelaba con mucha expectativa nueva música de su parte, no quise modificar en exceso el contenido original. Si, Winehouse fue víctima de sus demonios pero su muerte no la libera de la responsabilidad de sus acciones.

Por otro lado, tenemos a Lindsay Lohan. Una chica bellísima (espectacular, a mi parecer) con un talento para la actuación algo cuestionable pero prometedor y, para el canto, sólo digamos que le debe su contrato disquero más a sus contactos que a su talento. LiLo no sólo pasó por su etapa “Paris Hilton”, también pasó por su etapa “Anne Heche” con Samantha Ronson y ahora pasa por su etapa “Winona Ryder”, lo cual la llevó a su estadía en la cárcel y más tarde, al arresto domiciliario.

Lo peor es que Lindsay, a diferencia de Amy, no posee ni la mitad del talento que necesita para seguir recibiendo pases libres por sus acciones. Pero a la sociedad actual le gusta destruir a sus celebridades y verlas renacer de las cenizas, es un hecho (sólo miren a Britney). Sin embargo, no recuerdo la última vez que la Lohan protagonizó una película ni el último single decente que sacó al mercado (creo que “Bossy” fue el único). Sólo recuerdo que exploró el lesbianismo, utilizó una tobillera anti-alcohol y la metieron presa. Sus problemas son más relevantes que su trabajo y llega un punto en que las cosas se salen de control. A falta de talento, debería esforzarse el doble pero no, es un ciclo vicioso y no hay valoración de lo que se tiene.

Nadie quiere ser la siguiente Courtney Love, i´m just saying. Check yourself before you wreck yourself.

BAILA + MUERE



Beats que penetran la mente y te acaban adentro. Luces intermitentes. Caras borrosas. Besos fugaces. Tragos que se toman como agua, bailes en solitario que invitan al desenfreno. Retazos de momentos aislados que se conjugan sin sentido. Noches que se vuelven minutos y minutos que sólo dejan un mal sabor de boca. Eso lo resume todo.

No son pocas las historias de aquellos que viven de noche, de aquellas almas de las fiestas que esconden historias tristes y corazones rotos tras sus fachadas perfectas de rostros lindos, ropa cara y vidas supuestamente envidiables. Llenan el vacío que los carcome con algo de alcohol, mucha música y sexo pasajero…O por lo menos lo intentan. Las personas son como casas, las fachadas hablan por ellas; no importa que por dentro sean chiqueros inhospitables, lo que importa son las apariencias. A diario juzgamos libros por sus portadas y no nos importa, la imagen nos compra porque sí, una imagen vale más que mil palabras.

La decadencia nos rodea y no nos damos cuenta, o fingimos que ése es el caso. Creo que en realidad no nos importa, siempre y cuando la decadencia esté bien vestida. Somos superficiales y fingimos no serlo, nos decimos que no es así pero todos somos presas de las apariencias. Nos quedamos en las capas externas de los [des]conocidos y no vamos más allá, no nos preocupamos en hacerlo. Sólo vemos lo que ellos quieren que veamos de ellos, una versión editada de la realidad.

A fin de cuentas, todos tienen (tenemos) algo que ocultar, datos que suprimir, pasados que olvidar, hechos que omitir, páginas que pasar y dejar atrás. El detalle está en que no todos lidian con los problemas de igual manera y no todos saben cómo lidiar con sus problemas. Capaz por eso no nos importa la decadencia, hasta la vanagloriamos, e inconscientemente dejamos que nos vendan fachadas baratas: por lástima. Porque sabemos que sólo así pueden vivir consigo mismos. Porque sabemos que sólo viven a través de los ojos que los ven y que, al igual que ellos, también tenemos razones para bailar.