El calor de la ciudad asociado a la casa por cárcel a la que somos conferidos aquellos mortales que nos rehusamos a vacacionar en temporada alta, hace que las ideas se condensen y se evaporen antes de precipitarse - sequía intelectual si se quiere. La capa de sudor que nos adhiere la ropa al cuerpo, una programación televisiva de inexistente calidad y actractivo es todo lo que hay: el plan de bañarse en orina con salitre simplemente no es viable para mi. Las horas duran más que de costumbre, o al menos así pareciera. Tiempo de ocio, tiempo de lectura, tiempo de volverse lentamente psicótico con cada segundo que transcurre.
Los juegos de video, el pésimo Internet y la 1ra novela de J. K. Rowlings que no es un libro de Harry Potter [no es Neruda pero todos tenemos uno o dos o cinco placeres culposos - don't be hatin'] son mi versión de playa, arena y sol. Es hasta triste pensar en lo que significa que un país se paralice a esta escala por una celebración de índole religioso... ¿Fé o mero venezolanismo oportunista que no pela un puente y una quincena para malgastar la poca plata que tiene en cerveza y bochinche? La cultura del asueto, that's all we got.
Playas, mujeres y ser más vivo que el otro... El genocidio sigue pareciendo cada día más la mejor solución viable a los problemas del país: empezar de cero, hacerlo todo arder. ¿Cómo cambiar la cultura y el pensamiento colectivo en pro del desarrollo ciudadano y del crecimiento del país? ¿Cómo hacer que un perro viejo aprenda trucos nuevos? He ahí el dilema...
"Burn, baby, burn! ..." - Angelique Bouchard [Eva Green] en Dark Shadows.