Lo miró a los ojos, sabía que todo había terminado cuando acabaron; no había nada más que decir ni que hacer salvo limpiarse los fluidos del cuerpo y las heridas del corazón... Sus gemidos ya eran susurros distantes de aquello que llamaban amor hecho carne y piel.
Desnudas sus almas, desnudos ellos, desnudos sus sentimientos... Muertos, flácidos, en reposo y agonía. Marcas de dientes en las tetillas y de puñaladas en la espalda, espalda aún mojada con las gotas de su sudor, espalda arañada y rasgada.
Con el sabor salado de su sexo en la boca y el olor amargo de su amor en descomposición, se alejó con sus besos aún frescos en su recuerdo y sus embestidas aún palpables en sus calambres. "Me despido mas no te olvido, te dejo ir mas no te suelto, te pienso mas no te extraño, te siento mas es sólo un anacronismo con nombre y apellido."
Las cosas intensas caducan, la intensidad perece con la misma velocidad con la que arde y se lleva todo consigo sin preguntar ni avisar... La vida está compuesta por muchas historias, historias con múltiples tramas y protagonistas, pero la de ellos fue una historia digna de contar, de atesorar... "La nuestra fue una historia breve que leeré mil veces..."
