Hoy, 8 de Octubre de 2012, debo admitir que el panorama se pinta inmensamente distinto a como me lo había imaginado. El grito al cielo colectivo que pensé se llevaría a cabo y daría inicio a un nuevo capítulo en la historia de Venezuela, fue opacado por ráfagas de tiros y un pueblo ignorante que se regocija en su miseria y no lo sabe [y ahí radica su pseudo-felicidad].
Hoy más que nunca me siento como un pez fuera del agua, como una especie en extinción en un mar de salvajes. Cómo sentir que perteneces a un país cuando su pueblo se acostumbró a vivir en la miseria; cuando la ignorancia y el conformismo es todo lo que te rodea; cuando la corrupción invade hasta la última fibra de un sistema rancio que no da para más? Cómo creer en un pueblo que tras 14 años sigue creyendo en un populismo barato, viviendo de las migajas que le da un régimen personalista que no se preocupa en lo más mínimo por sus problemas sino en tener más y más poder?
Muchos dicen que Chávez no ha hecho nada, que no ha hecho nada por la inflación, por la pobreza, por la inseguridad, por los derechos de todos los venezolanos, por la inversión extranjera, por el control cambiario, por la producción nacional, por las empresas, la banca y la propiedad privada... Yo opino todo lo contrario: yo opino que el Gobierno de turno ha hecho justamente lo que ha querido, destruyen todo a su paso para construir su deficiente y excluyente monopolio; dependen de un sector de la población que dependa de ellos, dependen de los estratos más bajos de nuestra población, de su ignorancia y su decadencia.
Hugo logró enamorar a su masa de seguidores, desde la intentona golpista cuando fue el "héroe de los pobres" hasta su campaña del 98 cuando representaba un cambio prometedor tras los gobiernos de AD y COPEI... Ese "amor" es lo que lo sigue manteniendo allí, donde está; su labia es el cortejo que mantiene vivo el matrimonio con sus votantes, una relación abusiva de la cual no quieren salir [por "amor"].
Mientras ellos viven su idilio destructivo, a mí me invade la incertidumbre, el miedo, se me escapa toda la esperanza que tenía de que había un camino... Y si, el camino está pero no sé si lo encuentre dentro de mi tierra. Hoy siento mi país de todo menos mío, me rehúso a ser parte de algo así, me rehúso a seguir caminando sobre la sangre seca que pavimenta mi ciudad, a vivir con miedo si no estás entre cuatro paredes... Nos merecemos un futuro mejor.
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